¿Cuántos de nosotros comemos traición para el desayuno en el día a día? Traicionándonos a nosotros mismos y lo que representamos, solo para cumplir con las normas sociales. Me atrevo a decir, la mayoría lo hacemos.
Cada vez que actuamos de manera no auténtica estamos renunciando a nuestra individualidad y escupiendo en lo que significa estar vivo. Cada vez que tomamos decisiones, no en base a nuestros propias convicciones, sino en base a aquellas de los demás, nos alienamos más de nuestro ser.
Piensa, quizá, de la vez que asististe a un evento por presión social. Piensa también de la vez que escogiste tu carrera profesional. Quizá no puedas atribuirte esa decisión tanto como te gustaría creer. O incluso, piensa de aquella vez que decidiste guardar silencio porque tus palabras no se alinearián con los pensamientos del grupo.
Pero no todas las decisiones son iguales. Ir o no a un evento social probablemente no te cause mayor inconveniente que un par de horas de incomodidad. Las repercusiones de escoger tu carrera de mala fe dependen, entre otras cosas, de tu edad y tu estado económico. Pero el voto, subestimamos el poder que nos otorga la libertad del voto. Lo damos por sentado y lo usamos de manera irresponsable. A veces ni siquiera nos importa. O lo que es peor, no poseemos la capacidad de razonamiento para que nos importe, y por ende votamos tal como nos ha sido sugerido.
Esto es, en parte, el por qué la libertad se convierte en opresión, y la opresión prevalece.
Los populistas toman ventaja de esto para doblegar al pueblo a voluntad. Susurra en los oídos de unos pocos de mentes débiles, y el resto los seguirá. En 2025, esto se hace evidente también en las tendencias de redes sociales. Las personas harán las cosas más ridículas y absurdas tan solo porque otros lo hicieron.
Por esto es que la restauración del pensamiento crítico en el sistema educativo es de suma importancia. Sin pensamiento crítico, las instituciones incentivan a los estudiantes a caer en la trampa de la pasividad frente a las decisiones que deben tomar, muchas veces relegándolas a otros.
En este día, te invito a pensar acerca de tus decisiones y preguntarte “¿Realmente quiero yo hacer esto? O estoy, quizá, simplemente siguiendo al rebaño?”